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La primera salida, la primera visita: ´Shaggy’, Osiris y Marroquín

25/10/23

El viernes 5 de julio de 2019 el gobierno de Bukele autorizó la primera salida de un pandillero del penal de máxima seguridad de Zacatecoluca hacia un hospital bajo el pretexto de acudir a una “consulta médica”, según el informe diario de novedades elaborado ese día por el coordinador policial del penal. A las 7:10 am David Serrano Vásquez, también conocido con el alias de Shaggy, acompañado de una enfermera y dos custodios, salió de prisión a bordo de la patrulla N2719 rumbo al Hospital Nacional Santa Teresa. A las 9:30 am, después de ser supuestamente atendido de una dolencia que nunca fue diagnosticada, estaba de vuelta en el penal.

Fachada de la entrada del penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. Cortesía LPG

Shaggy, un ranflero de la clica Enfermos Criminales Locos Salvatruchos en San Vicente, que cuenta con una ficha de Interpol, se convertía así, según los informes diarios de novedad la PNC consultados, en el primer pandillero de Zacatecoluca en recibir “atención médica” fuera del penal desde que el 29 de marzo de 2016 el expresidente Salvador Sánchez Cerén (FMLN) impuso las “medidas extraordinarias” que hacinaron a los pandilleros en celdas especiales, les prohibió el derecho a las visitas familiares y les restringió el contacto con sus abogados. 

Ante la falta de atención médica y los problemas de insalubridad ligados al hacinamiento como contagios masivos de enfermedades en la piel, informes de inteligencia policial reportaban que las pandillas tenían la disposición de llegar a un entendimiento con quien ganara las elecciones de 2019, a excepción del FMLN. 

Vista interna de las celdas en Zacatecoluca.

Cuando en junio Nayib Bukele asumió la presidencia, los cambios llegaron con celeridad. Shaggy salió del penal de máxima seguridad apenas dieciséis días después de que el gobierno lanzara el Plan Control Territorial y tan sólo 72 horas después de la designación de Carlos Marroquín como director de Reconstrucción del Tejido Social.  

Aquel 5 de julio, quien entró a Zacatecoluca fue el viceministro de Seguridad y director de Centros Penales, Osiris Luna. El reporte policial consignó su entrada a la 1.10 pm: “Se hace presente el señor Osiris Luna, director de Centros Penales, con el inspector Elmer Mira, acompañado de 2 personas de seguridad”. Esas personas desconocidas “de seguridad” eran Carlos Marroquín, quien desde noviembre de 2014 se le había acusado de ser el salvoconducto con las pandillas, y Víctor Manuel Martínez Santana, gerente de Cultura Ciudadana de la nueva oficina Tejido Social, según reveló posteriormente El Faro en una investigación.

El 21 de junio el propio Osiris Luna había declarado que la “emergencia máxima” se imponía en el sistema penitenciario mientras los homicidios se precipitaban: ese mes acabaría con 252, un promedio diario de 7.7. Pero en julio salieron al menos cuatro presos más: uno de la MS-13, otro del Barrio 18, el exmilitante del FMLN José Mario Belloso Castillo y una persona que aparece registrada como “Sin Dato”. Todos con dirección al Hospital Santa Teresa, que se convertiría en el destino más común durante los siguientes dos años y medio con al menos 535 visitas.

Parte del gabinete de Seguridad, junto al presidente Bukele, inauguran el Centro de Confinamiento para Terroristas, CECOT, el mega penal creado para los reos del régimen de excepción. De izquierda a derecha: Francis Merino Monroy; ministro de Defensa; Osiris Luna, director de Centros Penales; Nayib Bukele, presidente de El Salvador; Romeo Herrera, ministro de Obras Pública y Mauricio Arriaza Chicas, director de la Policía. Tanto los equipos de inteligencia del Ejército como de la Policía monitorearon desde 2019 hasta 2022 las salidas de cabecillas de pandillas autorizadas por Centros Penales.

En las mismas semanas que comenzaban las salidas del penal, dentro de Zacatecoluca se levantaron las medidas extraordinarias: se habilitó la salida al patio, se brindaron medicamentos para los internos, se pintaron las celdas y se ingresaron Biblias, asegura “Modesto”, un antiguo pandillero preso en ese entonces en el penal y quien hoy habla desde fuera de El Salvador, bajo un seudónimo que no es real.

Los homicidios en julio disminuyeron un 56% respecto al mes anterior, de acuerdo con cifras de Medicina Legal: de 252 a 155, una media de 3.9 diarios.

El 10 de julio, cinco días después de la salida de Shaggy, el presidente, Nayib Bukele, celebró por Twitter que “Por segundo día consecutivo, El Salvador solo tuvo 2 homicidios” y que “gracias a Dios” la tendencia a la baja se mantenía. Doce minutos después redactó otro tweet con en el que puntualizaba: “Y sin tregua…”. Ese día incluso le respondió en la misma red social al usuario Chris Escobar: “Por cierto, llevamos 2 días con 2 homicidios diarios. En el Gobierno del partido por el que votaste, eran 11 al día”. Entre ironía y provocación era la primera vez que Bukele negaba públicamente cualquier negociación con las pandillas.

Mañana:
Capítulo 3. Ni la pandemia ni una masacre detienen las negociaciones

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